De la Práctica Clínica

La vida con sentido

Por Dr. Octavio Fernández Moujan
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(abordaje terapéutico)

La apertura terapéutica que propongo, de la relación al encuentro terapéutico  es importante para muchos pacientes que no toleran el abordaje Sujeto – Objeto dada la enorme debilidad del Yo degradado a un “Yo puro placer”, dado que sus vidas carecieron desde su infancia o más tarde, de todo “sentido”. Como sujetos humanos no podemos perder nuestro destino de anhelar “ser”, que siempre es “siendo con los demás”. La supervivencia siempre es calmar los deseos objetales que podemos identificar y poseer, es la finalidad sin sentido es decir sin destino de “ser”, solo el tener nos calma.

Lo vemos en pacientes de zonas marginales que no conocen una estructura familiar que “contenga”, y han tenido de entrada que sobrevivir de los objetos de satisfacción dado su Yo en “puro placer” que no pudo encontrar en la vida otra finalidad más sublimada de satisfacción.

Esta carencia de sentido también aparece en pacientes que han sufrido grandes abandonos o excesiva protección[1], lo cual los determina a una enorme dependencia objetal con pérdida de sentido, de anhelar ser siendo con los demás.

Sin tener que ir a la infancia, la pérdida de sentido puede padecerse también más adelante en una sociedad carente de justicia donde el poder siempre es concebido sobre los demás, convirtiendo a los que lo detectan a aferrarse a él corruptamente, pues no hay arrepentimiento y menos aún reparación. Y en los que sufren la injusticia del poder, también se aferran a la dependencia que se convierte en objetivo. Unos serán “adictos” a tener lo que poseen, los otros a tener la carencia que los hace dependientes. Lo patológico que nos quita sentido a la vida es “el tener” que quita sentido de ser. Otra ver la paradoja entre los que tienen y se aferran al poder y los que no tienen y se aferran a la dependencia. La misma paradoja habíamos encontrado entre los sobreprotegidos y los abandonados.

Todos son víctimas de una vida sin sentido donde el tener el poder o depender de él es una finalidad. Este “tener” tiene sus variantes; tener dinero como principal finalidad en la vida, o todo tipo de consumismo material sexual o ideológico que nos fanatiza sin “sentido”. Las consecuencias más conocidas son el delito, la drogadicción, la bulimia, las perversiones y toda forma de odio hacia los demás o hacia uno mismo.

Es que la pérdida de sentido en la vida nos lleva a toda forma objetal de satisfacción donde convive el “Yo puro placer” tanto destruyendo a otro como destruyéndose.

La propuesta ante esta patología tan vastas de conducta, es proponer abordajes donde la participación en un encuentro donde el Yo como sujeto no es lo importante sino la experiencia originaria donde somos siendo con los demás, (ahí está el poder verdadero). Terapéuticamente hablando el sentido orientador de la vida es el amor que anhela (no desea) “ser siendo con los demás”.

No ofrezco otro “objeto” por más “bueno” que sea, sino participar del poder que surge al vivenciar el anhelo de superarnos como ser, más allá de todo deseo. Eso es darle sentido a la vida tanto al paciente como al terapeuta que se cura con el o los  pacientes.

La clave está que en todo “encuentro” participamos de un diálogo donde “todo tiene que ver con todo”, diálogo donde nada es impuesto sino construido por el amor a superarnos juntos. No solo “la verdad está en el diálogo” (Vattimo) sino también el amor, la cura y el sentido de la vida.

Julio 2015

 


El Dr. Octavio Fernández Mouján es Presidente Honorario del Centro Oro y director del Seminario de actualización teórico-clínico “Nuevos tiempos de la clínica psicoanalítica”.

 

[1] Es paradójico que pacientes abandonados y sobreprotegidos defiendan tanto los objetos de satisfacción, una porque no los tuvieron, la otra porque no pueden dejarlos.

La vida con sentido