Para este trabajo he tomado las investigaciones realizadas por distintos autores que se han dedicado al estudio de la sexualidad en la sociedad y al travestismo como fenómeno social, consulté a diferentes autores: historiadores, antropólogos y psicoanalistas que hablan acerca del tema del travestismo y el transexualismo.
En la investigación descubrí que el travestismo no era un fenómeno nuevo, sino que siempre estuvo presente en la historia de la humanidad. Sólo por citar algunos ejemplos, podemos mencionar a la literatura y cultura griega (Thetis, madre de Aquiles, escondió a su hijo vistiéndolo de mujer para evitar que fuese enlistado para el servicio militar de Odiseo en la Guerra de Troya), relatos folclóricos 1, incluso, en los carnavales europeos del siglo XII – XIII, ya los asistentes a los festejos aparecían travestidos, así como también algunas prácticas en sociedades indígenas estudiadas por distintos antropólogos.
Relatos folclóricos:
En tiempos de la Edad Media y la Edad Moderna existieron otros personajes que recurrieron al cross-dressing para evadir las normas sociales como Juana de Arco, Catalina de Erauso y Sor Juana Inés de la Cruz.
En el siglo XVIII los géneros dramáticos incluían la participación de miembros del elenco masculino que se disfrazaban de personajes vestidos. Femeninos o viceversa. En la Comedia de la Restauración y el teatro kabuki eran frecuentes en el elenco los actores travestidos.
En el siglo XIX y en el XX, el cross-dressing se convirtió en un elemento importante en diversos espectáculos de variedad del show business. Un elenco de determinado género se presentaba como un grupo de personajes del
Así, durante el siglo XX el tema del sexo, la femineidad y masculinidad entró en auge, siendo estudiado por diversos autores, entre ellos filósofos, sociólogos y antropólogos. En primer lugar me pareció necesario señalar la pregunta que se hace Simone de Beauvoir, en su libro El Segundo Sexo (1948/9): “¿Ser mujer se nace o se hace?”. Esto fue clave para el movimiento feminista, porque a partir de allí, se comenzó a cuestionar la “naturaleza” del sexo.
Esta suerte de questionamiento inaugural del feminismo a la que me referí, fue tomada y reformulada por otros autores en términos del par de opuestos naturaleza/cultura. En conexión con esto, entonces, el tema fue adquiriendo mayor relevancia, hasta que comenzó a ser un objeto de estudio del campo médico y psiquiátrico, con los desarrollos de Stoller.
Stoller fue un médico psiquiatra que en Estados Unidos crea, luego de la segunda guerra mundial, el Gender Identity Research Clinic, donde atendía y trataba a los excombatientes que habían perdido sus genitales en la guerra.
En los ’60 publica su libro Sex and Gender (1968) donde hace una clara diferenciación entre sexo y género; estableciendo que sexo: es un rasgo fisiológico y biológico de hombre y mujer; mientras que género es una construcción social de lo que llamamos identidad de hombre o mujer.
Guy Le Gaufey dice que: Hombre y mujer pertenecen a la misma especie humana y al mismo tiempo ambos constituyen el género humano. Plantea que frente a los debates actuales sobre la diferencia sexual corremos el riesgo de precipitarnos en una concepción de la diferencia sexual que deja escapar el problema lógico en el que se apoya.
En los años ’80, Catherin Millot dijo que el transexualismo de hoy en día es un fenómeno social e incluso un síntoma de la civilización.
Me pregunto, ¿será esta la razón de la aparición de estos colectivos? Pero, a su vez ¿explicaría esto que ciertas personas quieran mutilar una parte de su cuerpo que las identificaría con un determinado sexo?
Una filósofa contemporánea, quizá la que mayor influencia tiene en el tema, es Judith Butler 2. Esta autora pertenece al post estructuralismo, y aborda los estudios de género desde el campo de la lingüística. Ella propone debatir las relaciones entre los órdenes variables de inteligibilidad, la génesis y la posibilidad de conocer lo humano. Toma como punto de partida una cuestión relacionada con el poder, aquel que regula y determina más o menos lo que somos y lo que podemos ser. Se plantea como saber si alguien elige con autonomía cuando en realidad por un lado están las leyes sociales que nos pre-existen, por otro el discurso médico que dice saber que es lo mejor para una determinada persona y también está el capitalismo con su oferta de prótesis y medicamentos.
Los sexos no son fácilmente diferenciables esto ya lo plantea Freud en su texto de 1923 “La organización genital infantil”, donde establece la intrincada cuestión de la “fase fálica”, él habla ahí de algo común entre el joven y la chica, de lo cual ya había escrito en 1905 en “Tres ensayos de Teoría sexual”, basándose de hecho en la concepción de una libido que sólo se relaciona con un sexo el masculino, .. . . ya sea presente en el hombre o la mujer y prescindiendo de que su objeto sea el hombre o la mujer. Más adelante en tres ensayos dice que los conceptos de femenino y masculino, unívocos para la opinión común, en la ciencia se encuentran entre los más confusos, en el caso de los seres humanos no hallamos una virilidad o una feminidad pura en sentido psicológico ni en sentido biológico.
Veintidós años más tarde en “Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos” afirma: …. Todos los individuos humanos, a consecuencia de su disposición (constitucional) bisexual y de la herencia cruzada, reúnen en sí caracteres masculinos y femeninos, de suerte que la masculinidad y la feminidad puras siguen siendo construcciones teóricas de contenido incierto.
Jacques Le Goff y Nicolas Truong, historiador y antropólogo respectivamente, sostienen en su libro “Una historia del cuerpo en la Edad Media”, que todos procedemos y actuamos con los preceptos establecidos en la Edad Media (coinciden con Foucault). En la edad Media se estableció el tabú del esperma y del tabú de la sangre. Este último tabú es una de las numerosas razones de la situación de relativa inferioridad de la mujer en esa época. En el Antiguo Testamento se decía que la Lepra procedía de niños concebidos durante la menstruación. El esperma también fue considerado una mancha.
La sexualidad, asociada a partir del S XII a estos tabúes, serían la cumbre de la depreciación corporal. Lo espiritual prima sobre lo corporal.
El cuerpo sexuado de la Edad Media queda mayoritariamente desvalorizado y las pulsiones y el deseo carnal son ampliamente reprimidos. La homosexualidad, después de haber sido condenada y luego tolerada, se convierte a partir del S XIII, en una perversión asimilada a veces al canibalismo.
El transexualismo responde a un sueño, el de cambiar de sexo. Los transexuales, que dicen poseer un alma femenina prisionera p.e. en el cuerpo de un hombre, parecen poseer una identidad sexual exenta de dudas y preguntas.
Según Catherine Millot el transexualismo de hoy en día es un fenómeno social e incluso, un síntoma de la civilización. Es la conjunción de una convicción, una demanda que se dirige a otro. Tal demanda es nueva, ya que supone una oferta que la suscita, la que hace la ciencia, pues sin cirujano ni endocrinólogo no hay transexuales.
Michel Foucault, en “Historia de la Sexualidad” dice: En el S. XVII (1600) los códigos de los grosero, de lo obsceno y de lo indecente, si se los compara con los del S. XIX (1800) eran muy laxos. Los cuerpos se pavoneaban libremente.
Luego de este tiempo luminoso habría seguido un rápido crepúsculo hasta llegar a las noches monótonas de la burguesía victoriana.
La sexualidad es cuidadosamente encerrada. Se muda. La familia conyugal la confisca y la absorbe por entero en la seriedad de la función reproductora.
En torno al sexo silencio. Tanto en el espacio social como en el corazón de cada hogar existe un único lugar de sexualidad reconocido, utilitario y fecundo: la alcoba de los padres.
La conveniencia de las actitudes esquiva los cuerpos, la decencia de la palabra blanquea el discurso.
Lo que no apunta a la reproducción o está transfigurado (en la familia) ya no tiene sitio ni ley. Tampoco verbo. Se encuentra a la vez expulsado, negado y reducido al silencio. Los niños carecen de sexo por lo cual de todo eso nada hay que decir, ni ver, ni saber.
Continúa diciendo:
Forzada a algunas concesiones, si verdaderamente hay que hacerle lugar a las sexualidades ilegítimas, que se vayan con su escándalo a otra parte: allí donde se pueden reinscribirlas, sino en los circuitos de la producción, al menos en los de las ganancias: el burdel y el manicomio serán esos lugares de tolerancia.
Volvamos a los transexuales considerados marginales:
Nosotros podemos dar cuenta que hay otros sitios para los transexuales ya que religiosos, médicos, enfermeros, empleados, funcionarios “cambian de sexo”. Actualmente esos hombres convertidos en mujeres pueden casarse legalmente, obtener su DNI con el nombre de mujer o de hombre si es una mujer biológicamente determinada la que decide ese cambio.
Las mujeres transformadas en hombre pueden hacer inseminar artificialmente a su esposa y son los padres totalmente legales de sus hijos.
Hay países que solo le dan el cambio de sexo, en los documentos de identidad, cuando se operan, la llamada reasignación sexual.
En nuestro país la ley podríamos decir que es stolleriana ya que distingue entre sexo (órgano) y el género (identidad auto percibida) y contempla que la libertad de disponer de uno mismo se extiende a la elección del propio sexo. Esto les permitió no subordinar el cambio de estado civil a unas operaciones que en sí son mutiladoras (muchos transexuales detienen su cambio o transformación, frente a la ablación de los órganos viriles o de los órganos genitales internos en la mujer).
Para finalizar leeré una breve viñeta clínica de una paciente transexual que atiendo hace más de dos años;
Carla es una paciente de cerca de 40 años de edad, quien accedió a una reasignación de sexo. Lamentablemente la operación no fue tan exitosa.
En relación a su historia puedo decirles que vivió alejada de su familia ya que nadie aceptó su condición de transexual. Viajó por distintos países y finalmente volvió a la Argentina, radicándose en Buenos Aires. Su familia vive en otra provincia. Sus padres están separados desde sus 8 años de edad. Su padre un hombre muy severo de quien habla poco salvo para decir “nunca permití que me pisara mi cabeza”. Está frase la repitió luego de operada, dijo: “no pudo pisarme, le gané y nunca más podrá”.
Para la intervención viajó a Buenos Aires su madre, con quien retomó una buena relación luego de años. Durante su convalecencia la madre le sacó fotos de su nuevo sexo que luego Carla se encargó de mostrarme.
Como dije la operación no fue muy buena y tuvo complicaciones que ponen en peligro que se mantenga abierto el canal vaginal al respecto dice: “no me importa, porque ya no tengo esa cosa horrible colgando de ahí, eso era lo único que me interesaba”.
Es dable preguntarse ¿qué lugar ocupa el padre?, ¿por qué fue necesaria la operación?, ¿Cúal es su objeto de deseo?
Presentado en Centro Oro el 16/6/2017
BIBLIOGRAFÍA
- Judith Butler, “-.El género en disputa. El feminismo y la subversión de la identidad”. Ed. Paidós Studio 168
- Simone De Beauvoir, “El segundo sexo”, Ed. Contemporánea.
- Sigmund Freud, “Obras Completas, T. VII, “Tres ensayos de Teoría Sexual y otras obras” (1905), Ed. Amorrortu editores. “La organización genital infantil (una interpolación en la teoría de la sexualidad) (1923) Ed. Amorrortu editores.
- Guy Le Gaufey, “El lazo especular. Un estudio travesero de la unidad imaginario”. Ed. Eder; “El no todo de Lacan. Consistencia lógica, consecuencia clínicas”. Ed. Ediciones Literales.
- Catherine Millot, “Exseso, Ensayo sobre el transexualismo” Ed. Catálogos –Paradiso. Point Hors Ligne.
- Jacques Lacan, Seminarios 4 y 5 “La Relación de Objeto” y “Las Formaciones del Inconsciente”, Ed. Paidós.
- En tiempos de la Edad Media y la Edad Moderna existieron otros personajes que recurrieron al cross-dressing para evadir las normas sociales como Juana de Arco,Catalina de Erauso y Sor Juana Inés de la Cruz. Juana de Arco fue la primera líder militar femenina en Francia en la Guerra de los Cien Años y fue ejecutada por una corte católica, que declaró que merecía la hoguera por herejía , por haber tomado un papel exclusivamente masculino entre otras acusaciones.17 En el caso de Catalina de Euraso, se disfrazó de un hombre para escapar de un convento, luego se convirtió en exploradora. Y Sor Juana Inés de la Cruz se vistió de hombre porque en la universidad no se aceptaban mujeres.
En el siglo XVIII los géneros dramáticos incluían la participación de miembros del elenco masculino que se disfrazaban de personajes vestidos. femeninos o viceversa. En la Comedia de la Restauración y el teatro kabuki eran frecuentes en el elenco los actores travestidos. Algunos cross-dressers en el siglo XVIII fueron: las piratas Anne Bonny y Mary Read, la militar Ulrika Eleonora Stålhammar, Bonnie Prince Charlie, el actor de comedia de Restauración Edward Kynaston y la marina/marino Hannah Snell.
En el siglo XIX y en el XX, el cross-dressing se convirtió en un elemento importante en diversos espectáculos de variedad del show business. Un elenco de determinado género se presentaba como un grupo de personajes del género contrario que se concentraban en espectáculos de burlesque, minstrel, vaudeville y revue.19 En tiempos de la Guerra de Secesión, la Primera Guerra Mundial se registraron algunas mujeres que combatieron disfrazadas de hombres.20 Algunos cross-dressers del siglo XIX y el siglo XX incluyen a: Chevaler d’Eon, George Sand, Dorothy Lawrence, Nellie Farren, Marlene Dietrich y Billy Tipton. ↩ - Ella cuestiona lo que dice Stoller. Ya en los años noventa ponía en jaque la idea de que el sexo es algo natural mientras el género se construye socialmente. Butler plantea que el “sexo” entendido como la base material o natural del género, como un concepto sociológico o cultural, es el efecto de una concepción que se da dentro de un sistema social ya marcado por la normativa del género. En otras palabras, que la idea del “sexo” como algo natural se ha configurado dentro de la lógica del binarismo del género. ↩