F'oro de Psicoanálisis

Resonancias de la mirada

La mirada y la voz se enlazan en las pantallas sosteniendo el trabajo analítico en transferencia

Por Lic. Agustina Reynal
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F’Oro de Clínica Psicoanalítica

En las noches del F’Oro de Clínica Psicoanalítica del Centro Oro las licenciadas Agustina Reynal y Valeria Demartini presentaron dos trabajos acerca de las pulsiones escópica e invocante y la mirada en relación al fantasma en la teoría psicoanalítica.

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Quiero comenzar hablando de nuestra práctica como psicoanalistas y como en esta pandemia, pudimos continuar con nuestro quehacer debido a que la cura que proponemos, que es la cura a través de la palabra, se puede sostener, mas allá del consultorio, que en este momento, pasó a ser virtual y a través de internet. La transferencia continúa operando, y en los dispositivos virtuales el cuerpo está presente, solo que de otro modo. Uno de los modos, es a través de la mirada y la voz, objetos a introducidos por Lacan y que constituyen la dimensión del deseo que se juega con el Otro. Encontramos un antecedente en Freud en sus trabajos sobre los pares de opuestos sadismo/masoquismo y exhibicionismo/voyeurismo. (Pulsiones y destinos de pulsión, 1915). La pulsion escopica se corresponde con el deseo al Otro y la pulsion invocante con el deseo del Otro. Mirada y voz, se agregan a los objetos freudianos oral y anal que corresponden a la dialéctica de la demanda  en la pulsion oral: demanda al Otro, y anal: demanda del Otro.

La pulsion emana del borde erógeno para retornar al sujeto, después de haber girado en torno al objeto a. La pulsion es un circuito, una trayectoria estructurada de acuerdo a tres voces gramaticales: la voz activa (mirar), la voz reflexiva (mirarse) y la voz pasiva (ser mirado). Esto es lo que Freud trabaja en “Las pulsiones y sus destinos”. Lacan modifica el tercer tiempo en el que la pulsion completa su circuito por el hacerse mirar. Ya que el campo pulsional se trata de pura actividad que se expresa en el hacerse como lo subraya en el Seminario 11. Los dos primeros tiempos son autoeróticos, recién en el tercer tiempo aparece un sujeto. La pulsión escópica de lo que se trata es de hacerse ver. En el hacerse oír, va hacia el otro y la única diferencia con las otras es que el oído es el único orificio que no puede cerrarse, cuestión que retomaré luego.

En la operación de producción del sujeto, adviene el Otro como Otro barrado A tachado, y adviene un sujeto barrado S tachada. El a es un resto de esta operación. Lacan lo expresa de este modo en el cap 2 del seminario 10: “Ese resto, ese Otro último, ese irracional, esa prueba y única garantía, a fin de cuentas, de la alteridad del Otro, es el a”. El a como resto que sustituye al Otro es el concepto que nos permite entender cual es la importancia de este invento lacaniano.

 

Pulsion escópica

El Otro se hace presente a través de la mirada y abre la pregunta de como se ubica el sujeto frente al Otro. Lacan dice en el seminario XI: “La mirada que encuentro es, no una mirada vista, sino una mirada imaginada por mi en el campo del Otro”. Es importante distinguir visión y mirada, en términos lacanianos, hay una esquizia entre el ojo y la mirada. El órgano de la vista no implica la mirada. Esto nos lleva a plantearnos lo que ocurre con la ceguera, de la cual Borges habla en su conferencia sobre la ceguera donde dice es un don. Es el don que le permitió escribir maravillosamente y aprender idiomas. La mirada por la fascinación que genera es lo que más oculta la función de la castración según Lacan. Dice Borges en esa conferencia que según la leyenda Demócrito de Abdera, un filósofo griego, se arranco los ojos para que el espectáculo de la realidad exterior no lo distrajera.  El libro “El rey esta siempre desnudo. Un psicoanalista ciego entre la mirada y la voz”de Ricardo Rafael Ileyassoff es de un analista argentino que vive en Italia, que relata la experiencia que vivió cuando quedo ciego. Dice que puso a prueba su deseo de vivir, y que una vez que lo aceptó descubrió que la ceguera no apaga la mirada, solo la interioriza. Relata como su trabajo como analista se vio modificado, y enriquecido. Esto último me lleva a pensar en la tiranía de las pantallas, donde las imágenes pugnan por darse a ver, la mirada queda tomada por las imágenes de los celulares.

Recuerdo un paciente que tenia muy presente la mirada de los otros, hasta el punto en que se le volvía insoportable, persecutorio: ”Siento que todos me van a mirar, siento que me observa todo el mundo en un lugar público”. Surgía la vergüenza con mucha intensidad. La vergüenza es una manera de posicionarse frente a la mirada del otro y constituye uno de los diques frente a las pulsiones sexuales que Freud conceptualiza en Tres ensayos sobre una teoría sexual junto al asco y la moral. Diferentes modos de defensa frente a la pulsion, distintos de la represión.

La película Voyeur, un documental de Netflix, que relata una historia real de un señor llamado Gerald Foos que compra un hotel en Estados Unidos en los años 60, hace una reforma en los techos de las habitaciones para poder espiar la intimidad sexual de los huéspedes de su hotel y lleva un registro minucioso de sus observaciones. Un día, después de mantener oculto este secreto durante 30 años, a sus 81 años, este hombre, decide hacerse ver, mostrarle al mundo lo que decidió llevar a cabo y entonces, se pone en contacto con el periodista neoyorkino Gay Talese para tal fin.  Es un film interesante que muestra la intensidad de la pulsión escópica con ribetes perversos, ya que el protagonista arma una escena noche tras noche siempre de la misma manera y se masturba durante observación. El film también plantea un dilema ético ya que el periodista Talese estuvo intercambiando correspondencia y reportajes con el dueño del hotel durante 30 años, y oculto esta información hasta que decidió publicar un libro en el que se baso el documental. El mismo Talese nos advierte que su trabajo como periodista tiene un componente voyeurista importante.

 

Pulsion invocante

Cuando hablamos de pulsión invocante, nos referimos a la voz y a la oreja, inseparables. Hay un orificio de emisión de la voz y un orificio de recepción de la voz (boca y oreja).

El antecedente de la voz es el grito, que el Otro va a humanizar para transformarlo en llamado. Entre el llamado al Otro y el llamado del Otro se inscribe la voz. El grito es la primera manifestación de las necesidades del infans: hambre, sed, frio…el Otro decodifica el grito y se va generando una demanda, que al no ser posible de satisfacerse, da lugar al deseo. Desde este sonido inarticulado, con la intervención del otro materno, se inicia la vocalizacion que va a dar lugar a la palabra.

En el seminario XII, clase del 17 de marzo de 1965, Lacan toma el cuadro de Edvard Munch, El Grito. Munch fue un pintor noruego exponente del expresionismo alemán. En ese cuadro, se ofrece a la mirada un grito terrorífico, y mudo a la vez…un grito áfono.  Lacan articula este cuadro a la función del silencio. El grito solo puede producirse en un contexto de silencio, no hay grito sin silencio. Este cuadro expresa la angustia de un modo desgarrador.

Las pulsiones son el eco en el cuerpo por el hecho de que hay un decir, es una definición de Lacan del seminario XXIII. El cuerpo es sensible al decir…a través de sus orificios, en especial al oído, que Lacan destaca como el mas importante porque es imposible de cerrar. El cuerpo no puede dejar de resonar al decir que escucha.

De que voz estamos hablando? De la propia voz, de la voz del otro? De la voz que escuchamos cuando nos graban? Escuchar nuestra voz en una grabación nos resulta extraño, la desconocemos, y puede llegar hasta ser siniestro. En esta experiencia se pone de manifiesto la alienación, donde desconocemos nuestra propia voz ya que viene desde el otro. Lo mismo ocurre con las fotografiás que toman un aspecto nuestro que desconocíamos.

Para concluir, me parece oportuno recordar dos muy breves viñetas clínicas que ilustran lo trabajado anteriormente.

Marcela, una paciente de 35 años se encuentra transitando un duelo, al mismo tiempo, se esta mudando a otro país. Dice: “Estoy aturdida”. El dolor la ensordece…lo inarticulado la paraliza. Poco a poco, recuerdo a recuerdo, fuimos trabajando para que lo inaudible se puede escuchar en transferencia, y ella puede escucharse en este pérdida doble que la devoraba.

Otro paciente, Victor, exclama frente a aquello que se le vuelve insoportable de su pareja: Quede enceguecido y empecé a gritarle!! Lo que no puede ver, lo excede, y el grito manifiesta la desesperación de un sujeto que por un instante desfallece. El trabajo analítico con Victor apunta a bordear lo que a el se le vuelve imposible de soportar, que tiene que ver con su historia.

 

Bibliografía

  • Freud, Sigmund. Tres ensayo de teoría sexual (1905). Tomo VII. Amorrortu Editores. Buenos Aires.
  • Freud, Sigmund. Pulsiones y destinos de pulsion (1915). Tomo XIV. Amorrortu Editores. Buenos Aires.
  • Ileyassoff, Ricardo Rafael. El rey esta siempre desnudo. Un psicoanalista ciego entre la mirada y la voz. Editorial Letra Viva. Buenos Aires.
  • Lapsus Calami. Revista de Psicoanalisis Numero 7. Verano 2021. Editorial Letra Viva. Buenos Aires.
  • Lacan, Jacques. Seminario 10. La angustia. Editorial Paidós. Buenos Aires.
  • Lacan, Jacques. Seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Editorial Paidos. Buenos Aires.
  • Lacan, Jacques. Seminario 12. Problemas cruciales del psicoanálisis. Editorial Paidós. Buenos Aires.

 

Resonancias de la mirada