F'oro de Psicoanálisis

La mirada en la clínica psicoanalítica

Por Lic.Valerie Demartini
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En el año 1953 Lacan en el texto de “Función y Campo de La Palabra y del Lenguaje en Psicoanálisis, Escritos 1 dice:  “Mejor renuncie quien no pueda unir su horizonte a la subjetividad de la época. 

Y en 1962 en el seminario 10, clase 3, dirá “Observarán cuánto me satisface ligar nuestro diálogo a alguna actualidad“

                            

En esta época   que vivimos, la realidad viene empujando a la realidad tangible y lo virtual viene recogiendo fragmentos de la misma ganando terreno y monopolizando  el espacio. Desde nuestros consultorios  hasta las grandes corporaciones sustituyen sus oficinas. El hogar cede un lugar para que el trabajo pueda continuar  desde nuestras casas. Allí, la mayoría  del tiempo transcurre a través de un dispositivo: la computadora.   El encuentro virtual con el otro , queda reducido a un circuito escópico acotado a todo lo que ocurre en el marco de una pantalla viéndose participar a cuerpo dividido (por partes). Arriba vestidos, abajo en  pijamas (en lo mejor de los casos).  A modo espejo, la imagen de uno no se sustrae de la pantalla o en  caso contrario, el encuentro es entre voces.

Hace pocos meses atrás, una escultura invisible  se vendió a 18.300 dólares, su autor es el italiano Salvatore Garau  quien la denominó “Io sono”  (“yo soy”).   Baudrillard en el libro “El crimen perfecto” le hace una crítica a la obra de Andy Wharol que me pareció pertinente para hacer una analogía con ésta.  Se pregunta,  si  el modo de exaltar la subjetividad creadora del artista, es aniquilando el   objeto?

En el caso del escultor Garau, podríamos preguntarle si el modo de exaltar su subjetividad creadora es haciendo visible la invisibilidad de un objeto?  La mirada allí queda bordeando un vacío.  Lacan dice que los artistas siempre nos llevan la delantera.  Pero creo que  acá él se adelantó a los artistas.

 

Pues bien, pasemos  a la Mirada Lacaniana.

 

Si bien la experiencia analítica está en las antípodas  de un campo unificado, la teoría de  la Gestalt y Maurice Merleu Ponty, lo conducen a Lacan hasta la pulsión y éste agrega, que aquello que percibimos en el mundo tiene una estructura para el sujeto.

 

De su experiencia con la psicosis incluye el objeto mirada y el objeto voz a los objetos pulsionales oral, anal y fálico de Freud.  Esta invención de dos nuevos objetos pulsionales, que hacen semblante del objeto a,  producen un viraje conceptual, epistémico y clínico en su enseñanza.

 

Entendemos que el campo en donde se produce la experiencia analítica no es un campo unificado:  la mirada y lo mirado, desde nuestra práctica no son recíprocos.  Tampoco se trata del binomio visible-invisible.   Se trata de la diferencia entre el ver y el goce de la mirada. De la Mirada que proviene del Otro con mayúsculas y en la ignorancia que esa mirada en tanto objeto a  deja al sujeto, mas allá de la apariencia.

 

Lacan , en el Seminario 1 dirá

 

….la mirada no es forzosamente la cara de nuestro semejante, sino también la ventana tras la cual suponemos que nos están acechando:  es una “equis”, el objeto ante el cual el sujeto devine objeto.”  (1)

 

Previo a la contemplación narcisista se constituye un sujeto cuyos actos y actos perceptivos están condicionados a partir de una operación dada por un corte a nivel de la mirada en el encuentro con el Otro.   Esta mirada,  desde donde se sostiene la escena del Mundo, que nos mira de todos lados  queda por fuera del campo escópico.  No es visible,   pero se muestra en sus  efectos.

 

Resultado de esta operación,  el sujeto deviene objeto.  Objeto  “haciéndose “dar-a-ver”  bajo  los términos de los significantes del Otro. Otro con mayúsculas, que lo precede, que lo codifica.

A esta operación Lacan la significa como  constitutiva del fantasma del sujeto. Sin esta operación quedaría   la mirada  desligada de lo erótico articulado al objeto a y a la castración,  siendo los mismos la vía de acceso al deseo. Este sería el caso del autismo o la psicosis en sus diferentes graduaciones de gravedad.

 

En la dirección de la cura, sostener esta distinción con el fantasma, es la que nos conduce a la dimensión ética del psicoanálisis, en tanto que nuestra clínica orienta la escucha de aquellos significantes que bordearon, que recortaron esa  mirada que  constituyó a ese sujeto en su subjetividad.

 

Cual es la función singular de esa mirada para cada quien? Como quedó entrampado ese sujeto como objeto de la mirada del Otro, imposible de aprehender sino es en la “travesía del fantasma”?

 

La Clínica psicoanalítica apuesta a hacer vacilar esa mirada, a vérselas  con el enigma, a que el sujeto pueda quedar advertido en su división subjetiva frente a sus objetos de goce, al encuentro con el alfabeto vivo que lo constituyó y a la elaboración de la angustia que esto conlleva, condición de afecto crucial para la dirección de nuestra práctica.

 

R.tiene 42 años, consulta porque no puede tener una pareja estable.    Pasa de relatos con mucho  enojo a otros eufóricos para  luego caer en desilusiones.  Tras un recorrido y des-corrido en su discurso y varias parejas fallidas hetero y homosexuales  “mocosa y caprichosa” eran significantes que ella actuaba alegremente.  Su ansiedad y la tortuosa demanda al otro, hacían que se cansaran de ella, y terminaba siendo dejada.

“Mocosa y caprichosa” eran significantes a modo cariñoso, que le venían de la Abuela, quien la había criado desde sus 3 años.  Ahora esos significantes, la  definían como tal en su relación con sus parejas.

 

En una de las sesiones, tomada por la ira, refiriéndose a una situación densamente insistente de ella hacia su pareja J. en la despedida después de un  “maravilloso fin de semana”,  yo hago un chiste, tras su relato.

 

Mi intervención ahí hizo que R pudiera hacer una pausa, pasar de la ira a la risa y de la risa a la  angustia para  “verse” como ella volvía una y otra vez a ofrecerse como objeto a ser rechazado en ese lugar.  Lugar, donde  en la demanda al otro (J) ella misma se ofrecía a la mirada del Otro determinada por su capricho en la insistencia.

 

Ahí, en ese lugar otorgado por la  transferencia, gracias al progreso simbólico, es decir, a poner palabras en ese lugar ofrecido y  ciego para ella, los ojos   caen  como vendas dando lugar a la mirada y posibilitando el pasaje del sufrimiento hacia algo que de margen para una iniciativa diferente.

 

Agotando todas esas miradas, coaguladas en el fantasma, ese real inexorable, en su repetición bajo transferencia, en muchas y  diferentes  situaciones relatadas, permitió que R pudiese interrogar ese lugar de cautiverio, posición que ocupaba en sus anteriores parejas también, desde donde la mirada en términos de hacerse ver bajo  los significantes del Otro con mayúsculas pusieran  la condición de amor.

 

Para concluir, bordearé una vez más la escultura invisible, presencia que se torna inquietante,     lugar de arribo en un análisis:      una nada,  un vacío, que es un objeto vaciado de aquellos significantes que determinaron una mirada-mirarse-ser mirado en el sujeto.   Y que por los cortes operados en su recorrido en el discurso bajo transferencia en un análisis, habilitan un  modo de exaltar la subjetividad creadora para que algo, por fuera del goce sea posible de ser construido.

 

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  • (1) Lacan Jacques El Seminario Libro1, pag.321, en “El Orden Simbólico” Editorial Paidós, BsAs, (1981)

 

 

Bibliografía

  • Diana Ravinovich, “El objeto y el Orden Simbólico”, en El Concepto de Objeto en la teoria

Psicoanalitica.  Ediciones Manantial (1998)

  • Baudrillard Jean, “El Esnobismo maquinal”, El crimen perfecto.     Colección                           Argumentos. Barcelona (1996)
  • Miller Jacques Alain,  1 y 2.   Dos Dimensiones Clínicas:  Síntoma y Fantasma. Fundación del Campo Freudiano en Argentina.  Ediciones Manantial.  (1983)
  • Diana Rabinovich, Cap.I. en La Teoría del Yo en la Obra de Jacques Lacan, Fundación del Campo Freudiano en Argentina.  Ediciones Manantial. (1983)
  • Daniel Zimerman, “El Dominio de la Mirada” “La Mirada en el Amor”, en La Mirada, Paradigma del Objeto en Psicoanálisis.  Letra Viva (2009)
  • Lacan Jacques, “La dirección de la cura y los principios de su poder”, Escritos 2. Siglo XXI Editores (1987)
  • Lapsus Calami Nro.7. La voz y la Mirada, en “Lo Visto y lo oído” de Liliana Donzis. Movimiento Lacaniano Por el Psicoanálisis Freudiano (2021)
  • Lacan Jacques, El Seminario Libro 10, Clase del 2, 3, 12, 13, Editorial Paidós
  • Lacan Jacques, Seminario11 Cap.VII “La Línea y la Luz”, Cap.XV “Del amor a la libido”, Cap.XVI “El sujeto y el otro: la alineación”.  XX “En ti mas que tú.  Editorial Paidós 1997
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