Transitoriedad/Incertidumbre en la Clínica Contemporánea

¿Y qué del equipo?

Psicoanálisis Vincular, un libro abierto

Por Lic. Alejandra I. Muschitiello
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Abrimos nuevos capítulos en el devenir del Psicoanálisis Vincular, con la ilusión de transmitir fluidez en las herramientas teórico-clínicas, efecto de las «producciones conjuntas» entre colegas, que no arrasan con lo anterior sino que lo transforman.

La caída de modelos instituidos, los conceptos epocales que han transitado en un año de pandemia, así como una clínica que despertó incertidumbres en pacientes y analistas, nos dejan en la tensión de soportar y sostener que lo incierto forma parte de la vida, que puede ser motor de sufrimiento y a la vez, generador de posibilidades.

Con la pandemia fue necesario construir un espacio distinto, a través de las pantallas, vimos asomarse hijos, mascotas, pacientes en balcones, autos, etc. Hubo que autoorganizarse y co-construir algo diferente, lo que llamamos espacios novedosos, singulares y subjetivantes.

¿Y qué del equipo?

Haciendo honor a nuestro departamento, empezamos hablando sobre LO VINCULAR, que nos ha resonado como concepto más amplio que el de «vínculo», pues sale de las lógicas binarias sujeto-objeto o sujeto-sujeto, y abre a pensar en las relaciones entre personas que, entramadas, co-construyen subjetividades de forma permanente e inacabada. La producción vincular afecta a las singularidades y colectividades mutuamente, sembrando marcas como anclajes y también inéditas. Lo que se produce en el vínculo es estando con esa o esas persona/s, y no con otros. Hay algo que es producción de la trama, que no es uno u otro, sino que es “y”, producción conjunta: uno “y” otro.

Poner en movimiento los conceptos nos permite ejercitar salir de las fijezas de nuestra clínica, conservar la posición de no saber para mantener una escucha activa y así no caer en el riesgo del binarismo, tiene que ver con el ir siendo, subjetividad en transformación, poder abrir a las diversidades. Pensamos que la dirección de la cura es construir trama y producir sentidos para ir subjetivando, en tensión de lo posible e imposible. El analista promueve y habilita. Cuando se tiene algo previsto, no da la posibilidad a lo novedoso, las herramientas son necesarias pero es importante que se utilicen para abrir nuevos sentidos.

Silvia Gomel en su libro “Familias, parejas, analistas. La escena clínica” se formula: ¿Y qué del Edipo?, abriéndonos camino a reflexionar sobre ¿cómo resignificar al Edipo desde nuestra mirada del Psicoanálisis Vincular?

Consideramos que el relato de Edipo se naturalizó como el organizador central del psiquismo y soporte de leyes universales, siendo que fue una peculiar idea freudiana de su época y un recorte de la novela. Mientras escribía sobre el Complejo de Edipo, Freud transitaba su autoanálisis y duelo por la muerte de su padre.

Con el ímpetu de ampliar las miradas sobre el relato de Edipo Rey, sumamos las perspectivas de dos Psicoanalistas: Arminda Aberastury y Joseph Freud. Este último hace hincapié en el Mito de Telémaco como un relato más ajustado a las paternidades actuales.

Ambos autores acuerdan que Sigmund Freud concentró su interpretación desde el niño frente a los padres y desechó el efecto de los actos de los padres sobre el hijo. Layo había sido condenado por raptar y violar al hijo de una casa real (Crisipo), dejando sin heredero a la corona. Aberastury marca que el padre del Psicoanalisis niega el homosexualismo de Layo y que éste manda a matar a su hijo por miedo a la retaliación, según la profecía de la Esfinge. Además, acentúa la idea de homicidio y no de parricidio, puesto que Edipo reacciona frente a un hombre que le dio pelea en el camino, diferente a pensar que mata a su padre.

Joseph Freud especialista en adolescencias, menciona que la función de los padres es «dar sentido a la vida de los hijos«, en otras palabras, guían su vida, pero en varias familias consultantes, observa que la asimetría en el vínculo paterno-filial se torna horizontal y los hijos actúan frente al abandono de los adultos en función parental. Es por ello que considera al Mito de Telémaco más acorde a nuestra época que el de Edipo. Brevemente, la historia relata sobre Telémaco, quien era un niño cuando su padre Ulises abandonó su hogar para ir a la guerra de Troya. Telémaco llenaría ese vacío que ha dejado su padre esperando su regreso para que retorne con su madre, -quien era asechada por pretendientes- y restaure la vigencia de la ley en la polis.

¿Qué nos provocaron estas lecturas? No desechar al Edipo, sino descentrarlo complejizando al Psicoanálisis. Salir de la relación paterno-filial y la tríada que nos habla la novela edípica, para poder pensarlo en la diversidad vincular de las relaciones entre pares y en la pluralidad de las sexualidades. Centralizando el Edipo como construcción subjetiva, se desestima lo cultural y social como dimensiones subjetivantes así como los vínculos que a lo largo de nuestra vida producen movimientos subjetivos como amigos, docentes, jefes y otros semejantes que ponen a circular el narcicismo como co-constructor de subjetividades a través de investiduras recíprocas, tramas identificatorias, ideales, sentimientos de pertenencia.

Pensamos que el Mito de Edipo y sus interpretaciones se encuentran atravesados por las épocas y modelos teóricos. Hoy los nuevos paradigmas tecnológicos y sociales nos invitan a re-pensar los vínculos, la sexualidad, la corporalidad, el amor, la filiación…

Nos interrogamos sobre los instituidos en relación a qué llamamos familia en cada época, y en este sentido hablamos de «funciones subjetivantes«. Pensamos la familia como tribu, como trama en inmanencia, es decir que se co-construye en situación por todos los miembros del grupo.

Esto nos llevó a buscar mitos que den cuenta de esta nueva perspectiva y nos encontramos con la leyenda del Calafate.

Se dice que cierta vez Koonex, la anciana curandera de una tribu de tehuelches, no podía caminar más, ya que sus viejas y cansadas piernas estaban agotadas, pero la marcha no se podía detener. Entonces, Koonex comprendió la ley natural de cumplir con el destino. Las mujeres de la tribu confeccionaron un toldo con pieles de guanaco y juntaron abundante leña y alimentos para dejarle a la anciana curandera, despidiéndose de ella con el canto de la familia. Koonex, quedaba sola para morir. Con la llegada de la primavera, nacieron los brotes, arribaron las golondrinas, los chorlos, los alegres chingolos, las charlatanas cotorras. Volvía la vida. Sobre los cueros del toldo de Koonex, se posó una bandada de avecillas cantando alegremente. De repente, se escuchó la voz de la anciana curandera que, desde el interior del toldo, las reprendía por haberla dejado sola durante el largo y riguroso invierno. Un chingolito, tras la sorpresa, le respondió: «nos fuimos porque en otoño comienza a escasear el alimento. Además durante el invierno no tenemos lugar en donde abrigarnos.» «Los comprendo», respondió Koonex, «por eso, a partir de hoy tendrán alimento en otoño y buen abrigo en invierno, ya nunca me quedaré sola» y luego la anciana calló. Cuando una ráfaga de pronto volteó los cueros del toldo, en lugar de Koonex se hallaba un hermoso arbusto espinoso, de perfumadas flores amarillas. Al promediar el verano las delicadas flores se hicieron fruto y antes del otoño comenzaron a madurar tomando un color azulmorado de exquisito sabor y alto valor alimentario. Desde aquél día algunas aves no emigraron más y las que se habían marchado, al enterarse de la noticia, regresaron para probar el novedoso fruto del que quedaron prendados. Los tehuelches también lo probaron, adoptándolo para siempre. Desparramaron las semillas en toda la región y, a partir de entonces, «el que come Calafate, siempre vuelve».

¿Qué nos atravesó con la lectura de la leyenda? La leyenda nos enlaza a los humanos como parte de la naturaleza. Muerte y Vida como transformación y no como algo acabado. Algunas cosas tienen que dejar de ser, para dar lugar a otras. La muerte no es un trauma en sí, es lo que se va dando. Para el sujeto singular es su finitud, sobretodo en la cultura occidental. Sin embargo, en la leyenda, la anciana piensa en cómo dejar frutos, es decir, vida a las próximas generaciones.

Surge la pregunta ¿qué relación tendrá esta manera de pensar la muerte con el Edipo en su relación con la ley pensada como corte/separación? ¿Podemos pensar la muerte como una transición a otros lugares, a otras generaciones?  Desde nuestra perspectiva, abordamos el Edipo como diferenciación, conflicto, devenir, movimiento, y el deseo como potencia y producción. Intentamos salir del mito como novela universal que centraliza la forma de pensar la constitución subjetiva, para abrir a lo que nuestra época nos presenta. En la clínica observamos que niños y adolescentes cuestionan a sus padres y éstos quedan absortos ante sus discursos. Poder acompañar el camino del deseo, organizado, viable para la vida de sus hijxs, permite salir de la idea de mandato y cumplimiento.

El borrador

Este trabajo comencé a tipearlo en un archivo que llamé «borrador» y aprés coup no me significó casual, es un título que me provoca la sensación de una hoja en blanco con escritura en movimiento, con la posibilidad de borrarse, re-escribir y volver a escribir. Conceptos que vibran, generan huellas y a la vez no se dejan capturar, transitan, no perduran como dogmas, se transforman, suplementan, enriquecen, multiplican, se desarman y vuelven a unir. La clínica nos convoca en forma constante en un devenir incierto que nos genera zozobra e inmensas satisfacciones a la vez, nos conduce a seguir pensando, a continuar deconstruyendo y construyendo. Como analistas, apostar a que algo es posible, construir ilusión en nuestros pacientes, estamos transmitiendo que algo es factible de transformación. La Vie Est Belle con otros, gracias por formar parte de un nuevo encuentro agradable.

 

Referencias bibliográficas:

1) Silvia Gomel: “Familias, parejas, analistas. La escena clínica”, Ciudad Autonoma de Buenos Aires, Lugar Editorial, 2020.

2) Aberastury A.: «La paternidad»,´ Parte 2, Capitulo 3, Paidós.

3) Entrevista a Joseph Knobel Freud – «Adolescencias contemporáneas. Una mirada clinica», Institución Fernando Ulloa, 3/08/2021. https://fb.watch/7egV0LKAGM/fb.watch

4) «La leyenda del calafate», consultada en https://www.patagonia.com.ar/El+Calafate/527

  

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