Dossier

Pareja y Sexualidad: interpelando nuestra clínica

Por Débora Belmes
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El mundo actual es inédito en muchos aspectos. Las tecnologías han complejizado y/o modificado nuestros modos de habitar lo epocal. ¿Qué es un hombre? ¿Qué es una mujer? O más bien quien se van nominando hombre y/o mujer no queda coagulado en una categoría definitiva (ligada a su biología) sino que a veces en su devenir, rota por diversos posicionamientos y diferentes objetos de amor. Los colectivos LGTBI, la procreación desligada de la biología, entre otras, han “desnaturalizado” las categorías que supimos conseguir. El amor, la pareja, los hijos, el deseo, el cuerpo nos convocan a reflexionar. Encontrarnos entre pares nos permite intercambiar posiciones y opiniones y es, desde el sonido de las diferencias, que podemos socavar la sintonía conceptual con el fin de despegar lo homogéneo de nuestro pensamiento hacia la producción de nuevos sentidos. Como señala Puget (2009 p1): el desfasaje es “algo que nos permite no sólo ser actores sino también testigos de nuestro tiempo”.

¿Quiénes nos consultan hoy?

Recientemente me llaman de una institución: “mira tengo para derivarte una pareja, bueno no sé si se la puede llamar pareja…”

Así como los pacientes nos hablan de sus parejas, nosotros, en este caso, los analistas, también tenemos una “pareja” en la cabeza. Si les pidiera que asocien una primera imagen sobre una pareja, es altamente probable que aparezcan un hombre y una mujer. Sucede algo semejante si se lo pedimos a Google… ¿será una cuestión generacional? Obviamente que esto no es casual ya que es una idea que se encuentra en nuestra cultura y como tal, también atraviesa nuestras disciplinas y los modos en que percibimos y conceptualizamos a los sujetos. En este sentido el psicoanálisis no tiene una posición ingenua y el paso del siglo XX al XXI ha dejado sus marcas.

Algunos autores sostienen que intentamos entender el presente con teorías que son decadentes e insuficientes. La pregunta sería si las teorías que nos preceden pueden ser suficientes hoy para pensar y, además, si nos permiten lidiar con los problemas que surgen de la complejidad que habitamos. ¿Podemos seguir pensando bajo un esquema conceptual moderno el entramado de las relaciones humanas? ¿Podremos distinguir el dolor y el padecimiento en las actuales condiciones de subjetivación?

En esta línea me preocupan menos las teorías en sí mismas y me preocupa más aquello que por su novedad, complejidad, desconocimiento oficie de obstáculo. No me refiero a descartar teorías ni tampoco a que uno como sujeto pueda sentirse impactado y/o afectado con respecto a alguna cuestión surgida en el espacio terapéutico. El tema es el delgado borde que podría facilitar el deslizamiento a operar desde un prejuicio, desdibujando la singularidad del paciente y de algunas de las problemáticas actuales.

Noticia 1 (26 de abril de 2017)

https://www.infobae.com/…/encontro-a-su-novia-con-otro-hombre-en-su-cama-tomo-…

Título: Encontró a su novia con otro hombre en su cama, tomo una fría decisión y se convirtió en estrella de Facebook.
“Quería patearles el trasero” En lugar de tener una reacción de furia y comenzar a gritar, decidió tomarse una venganza más sutil. Con su celular, le sacó fotos a la pareja que dormía en su cama. Incluso capturó una selfie con la pareja de fondo en la cama. Y subió todas las fotos a su Facebook con el siguiente mensaje: cuando llegas a casa y encuentras a otro hombre en la cama con  la mujer que amas!!! Buenos hombres merecen buenas mujeres…”

¿Cómo pensamos esto que sucedió? ¿Cuál es el lugar de la intimidad, de lo público y lo privado? Si fuera nuestro paciente: algunas cuestiones a pensar: hoy mucho de lo que circula entre los jóvenes (y no tanto) es a través de la red. La publicación ¿es una sanción, por haber “roto algún tipo de alianza”, es un acting?, ¿responde a viejos códigos patriarcales dónde una mujer puede ser denostada públicamente por acostarse con otro hombre? Si lo pensáramos desde una óptica más amplia podría ser considerada tanto una transgresión como también constituirse en una prohibición (pensar los mandamientos). También podría tener otros sentidos vinculados a los modos de producir novedad, a los modos de finalizar algo… pareciera que tenemos más herramientas para iniciar algo y menos para terminarlo.

Hoy el mundo de lo íntimo se expone en la esfera de lo público no al modo de la invasión o el descubrimiento sino como un gesto voluntario de visibilizar y exponer aquello que antes quedaba al resguardo del ámbito privado. Los bordes entre el adentro y el afuera se esfuman y el mundo del adentro se enhebra con cuerpos que se instalan en lo público. El movimiento es múltiple mostrar, pero también curiosear y consumir lo que otros hacen (Facebook, Instagram, blogs, etc.).

¿La intimidad está en transformación? Jullien (2016) caracteriza a lo íntimo como la radicalización de un interior que cuando se predica se descubre que es relacional, ser íntimo es necesariamente con un tú. Para él: “lo íntimo no puede ser propiedad más de uno que de otro, no puede ser la propiedad de ninguno de los dos -que se desapropian igualmente. Por lo cual entonces es lo único que permite estar, o más bien vivir efectivamente “de a dos”. (p 189).”

Desde otra mirada Sibilia P. (2008) propone que lo extimio es la manera en que se construye la subjetividad contemporánea y que es producida como espectáculo. Espectáculo ubica a los cuerpos y sus relaciones en un contexto construido y atravesado por el mercado.  En esta línea permisos, prohibiciones y transgresiones pueden mostrar modos en que los dispositivos de poder someten a los sujetos con el intento de regimentar sus vidas y transformarlas en controladas y previsibles.

Las redes y los medios son parte del mundo contemporáneo. La red contiene y atrapa, retiene y deja ir, se cierra y se expande, es multidimensional y polifónica. Promueven también circuitos y posibilidades infinitas, que al modo de las ligaduras pueden favorecer aperturas y la producción de nuevos sentidos. La intimidad, lo privado y lo público son categorías cuyos bordes y sentidos se encuentran desdibujados.

Noticia 2 (8 de mayo de 2017)

https://www.infobae.com/…/cuando-dijo-que-era-transexual-fue-considerada-una-enfe…

Título: Cuando dijo que era transexual fue considerada una enferma “irrecuperable”: ahora es subcomisaria de la Policía Federal

“Analía y Silvia están en pareja desde hace 31 años. Analía se casó siendo varón, hizo la transición y sigue con la misma esposa.

Analia ingresó a la policía en 1988. Todavía no había asumido su transexualidad y paso 20 años en la fuerza mostrándose como hombre. Hace 9 años decidió hacer la transición y sucedió que su mujer desde el secundario decidió seguir siendo su pareja. En la policía la obligaron a retirarse ya que según los dictámenes tenía una patología y esa enfermedad equivalía a una discapacidad…”

La sexualidad; según Foucault es un dispositivo. Durante el siglo XIX se establece esta tecnología (del poder) con el fin ya no sólo de conseguir nuevos territorios sino de invadir la vida de los individuos a través del control anatómico y fisiológico. Así el dispositivo de la sexualidad permitía la inserción controlada de los cuerpos en el aparato productivo y su ajuste con los procesos económicos. Desde el saber científico se desarrollaron teorías para abordar los secretos de la vida: Darwin, Freud entre otros, instalaron al sexo como un objeto de saber. Esther Diaz (2010 p 45) señala “Tanto en la clínica como en la religión la regulación del sexo podría llevar a la salvación o a la muerte (del cuerpo o del alma según corresponda)”.

Sexualidad, sexualidades visibilizan recorridos que dan cuenta de los modos en los que se piensa la diferencia sexual y su estatuto en la conformación del psiquismo. Las ideas sobre género, sexo y sexuación habilitan un camino para pensar por fuera del pensamiento binario y reconsiderar las categorías conceptuales (Tajer, 2013):

  • Género refiere a la construcción cultural y social del sexo en tanto conjunto de significados que se asumen en un contexto particular. Habilita a reflexionar sobre la interacción del colectivo social y los modos de singularizarse en cada sujeto.
  • Sexo aparece asociado a lo biológico e inmutable. Las nuevas tecnologías de reproducción, las operaciones de reasignación de sexo y la existencia de sujetos biológicamente intersex, entre otras, cuestionan la determinación biológica y la inmutabilidad de las categorías.
  • Sexuación que incluye al menos dos corrientes: los que la conciben como una pulsión que habita y determina el espacio de la realidad psíquica, dimensión subjetiva inconsciente tributaria de la diferencia sexual simbólica, en la que se constituye el sujeto hablante. Y las corrientes que consideran el género como una dimensión psicológica y ubican la psicosexualidad en el campo de la subjetivación.

La concordancia entre género, sexo y orientación del deseo se encuentra interpelada. ¿Podemos, sin cuestionarnos críticamente sostener la diferencia entre patología, resistencia y prejuicio?

Las condiciones en que se construye la sexualidad, con sus marcas, sus discursos, junto con la visibilidad de los mismos nos interrogan sobre los modos de manejarnos con las diferencias sin convertirlas en un nuevo esencialismo. Determinación y devenir se entraman habilitando y sesgando caminos en los que deseos y cuerpos se entrelazan según las épocas y sus posibilidades, haciendo luz sobre ciertas prácticas y oscureciendo otras. Nuestra actividad nos convoca a reflexionar y examinar nuestra experiencia acerca del dolor y la patología. Parafraseando a Bauman, la realidad es más evanescente y su liquidez transforma la solidez de la eternidad en un fluir que desdibuja los paradigmas de la modernidad.

Noticia 3: (20 de mayo de 2017)

Recuperado: https://www.lanacion.com.ar/2025560-miss-bolivia-no-me-temblo-el-pulso-en-ir-y-volver

Título: miss Bolivia: “no me tembló el pulso en ir y volver”

Viene del under y acaba de sacar su disco para una multinacional; fue militante gay y ahora contrajo matrimonio…con un hombre

“jamás pensé que me iba a casar y menos con un hombre. Pero resulta que un día apareció Emanuel nos enamoramos, nos fuimos a vivir juntos y un dia se me apareció con un anillo, decidí jugarme a eso. Ver que onda. Y adscribirme al ritual…Como soy goy (católica) no pudimos casarnos por el templo, pero sí mantuvimos todos los aspectos judíos: la comida, la música, el espíritu…”

“a mí me venían gustando las mujeres porque sentía ese deseo y esa pasión. También porque durante 10 años no me gusto ningún chico. Pero no por un discurso dogmático o totalitario. Entonces, cuando me gusto un hombre no tuve problema de traducción. No me tembló el pulso en ir y volver”… ¿Cómo se conocieron? En una cava de vinos. Yo estaba mirando un exhibidor y del otro lado estaba él. ¿Ese fue el primer contacto? Si. Amor a primera vista. Algo en el cuerpo. Me senté en la barra y se acercó…”

Como dice la canción: “…pero el amor es más fuerte, pero el amor es más fuerte”…

Finalmente, aquello que sacude se impone y el amor se hace camino. ¿Es un ir y volver? ¿De dónde? ¿Podemos pensar por fuera de la heterosexualidad como supuesto?

¿Se puede pensar lo amoroso por fuera de lo “normativo”, con quién: edad, color, clase social, cultura, género?

Badiou (2014) dice que: “es en el amor donde el sujeto va más allá de sí mismo, más allá del narcisismo. En el sexo, a fin de cuentas, uno está en relación con uno mismo en la mediación del otro. El otro te sirve para descubrir lo real del goce. En el amor, en cambio, la mediación del otro vale por sí misma…El amor, no es simplemente el encuentro y las relaciones cerradas entre dos individuos, es una construcción, es una vida que se hace, no ya desde el punto de vista del Uno, sino desde el punto de vista del Dos”.

También señala que el amor, al igual que en la nota de Miss Bolivia se inicia con un encuentro que puede ser un acontecimiento contingente, sorprendente (lo inesperado) y es partir del acontecimiento que el amor puede ser iniciado. La noticia resalta la apertura de la protagonista a los avatares de la vida y la disposición a encontrarse con la intensidad y sorpresa de la misma.

Otra línea refiere a las ideas de continuidad y discontinuidad que aporta Puget (2014). Para ella la discontinuidad incorpora la espera de lo esperado pero también de lo inesperado. En esa línea sostiene que “habitar, pertenecer a nuestros mundos, advenir sujeto del entre dos, o del más de dos, dan un lugar central a la experiencia que no tiene pasado pero que puede crearlo” (p 9). Discontinuidad entre lo que aparece y no tiene historia y aquello que se transmite como una sólida herencia. En este sentido la experiencia es única y sólo le conoce por sus efectos discursivos. Miss Bolivia señala en otro tramo de la nota que ella sintió que el amor se impuso y que no tuvo más que hacer “Fue tan fuerte que no hubo manera. Y además nunca fui hermética respecto de eso…Entonces cuando me gustó un hombre no tuve problemas…”

El presente y su procesamiento imponen recomposiciones sobre el pasado y los modos de historizarlo. Presente y pasado conviven y quizás, algunos de nuestros problemas refieren a como habitamos estas convivencias simultáneas. Multiplicidad de puntos de vista complejizan nuestra mirada y corremos el riesgo de que las nuevas formas de subjetividad y sus padecimientos queden sesgadas y desestimadas bajo la mirada de lo viejo.

Como señala Esther Diaz (2010, p 85): “El interrogante entonces es cómo manejarse con la diferencia cuando se logra la paridad. Porque una cosa es persistir en la diferencia y otra convertirla en esencia, cosificarla, coronarla. Quizá se trate de elaborar un pensamiento de los márgenes, de reconstruir las jerarquías sin negar las particularidades, de escapar de las hegemonías mediante una transgresión intermitente, de saltar más allá de las diferencias, conservándolas.”

Bibliografía

Badiou A.: Elogio del amor. Café Voltaire. Flammarion.

https://profesorvargasguillen.files.wordpress.com/2014/01/badiou-elogio-del-amor.pdf

Baman Z. (2007): Vida de Consumo. Buenos Aires: Fondo de cultura económica

Belmes D. (2012): Comunicación y subjetivid@d. Algunas reflexiones en el borde de la red. Cuadernos del Centro de Estudios en Diseño y Comunicación. Ensayos. N 39. Buenos Aires: Facultad de Diseño y Comunicación. Universidad de Palermo.

Diaz E. (2010): Las grietas del control. Vida, vigilancia y caos. Buenos Aires: Editorial Biblos.

Fernandez A.M.; Siqueira Perez W. (2013): La diferencia desquiciada. Buenos Aires: Editorial Biblos.

Jullien F. (2016): Lo íntimo, lejos del ruido, Amor. Buenos Aires: El Cuenco de Plata

Puget J. (2014): Como pensar después de Freud el vínculo social. Coloquio Paris VII Psychanalyse et interdisciplinarite au XXe siecle. 23-25 de enero 2014.

Sibilia P. (2008): La intimidad como espectáculo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

Tajer D (2013): Diversidad y clínicia psicoanalítica: apuntes para un debate, en La diferencia desquiciada Op. Cit.

Waisbrot D (2010): Mas de un otro. Buenos Aires: Psicolibro ediciones.

Pareja y Sexualidad: interpelando nuestra clínica